APMEN. En la pamplonesa Suministros Gey quedó cautivado por el proceso de corte térmico de materiales. Ahí comenzó su inquietud por este mundillo. Por eso, después de siete años como director de la compañía, decidió dar el paso y lanzarse a la aventura. Ahora sí, tenía claro que crearía su propia empresa: “El mercado laboral me había llevado de un lado a otro, y con 45 años llegó el momento de tomar decisiones. Decidí dar el gran salto”.
Puso la mirada en una pequeña firma que acababa de cerrar sus puertas, ubicada en Pasajes, y prometió sacarla a flote de nuevo. Estos fueron los inicios de Grupo Larrión, donde hoy ejerce de director general. “Después adquirí Oxicortes Industrial aquí, en Pamplona. Las dos eran empresas que estaban en dificultades y en situaciones de relevos generacionales complicadas”, rememora. La primera compañía tenía una facturación anual de 400.000 euros, y la segunda, de más de un millón. Cifras que Felipe se propuso mejorar. “A partir de entonces empezó nuestro desarrollo”, evoca orgulloso tras recalcar que el grupo cerró su primer año de andadura con una facturación de 5,5 millones. Hoy, trece años después, esa cifra asciende hasta los 60 millones.
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