FEMEVAL. Incertidumbre y economía no se llevan bien. Si además esa incertidumbre es política e institucional, la enemistad aún es mayor. Y ahí estamos en esa disyuntiva desde hace más de cuatro meses provocada por interminables citas electorales autonómicas, municipales y generales, que han generado una situación de desgobierno, de acelerados pactos para gobernar y de inquietud por la llegada de un nuevo gobierno que pueda cambiar sustancialmente las reglas del juego.
Sea lo que tenga que venir o se quede, que no estorbe al desempeño económico. Que lo que hace falta ahora es estabilidad y calidad institucional y democrática para asegurarnos un crecimiento a largo plazo sin vaivenes.
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