ASCEM. El año pasado, a estas alturas, observamos que la industria de la construcción había demostrado una notable fortaleza en 2022, teniendo en cuenta los vientos en contra a los que tuvo que luchar en los dos años anteriores. La resaca posterior a la COVID-19, el fuerte aumento de la inflación, el aumento de las tasas de interés, la escasez de habilidades y la guerra en Ucrania conspiraron para frenar el crecimiento; pero nada de eso significó problemas sistémicos graves para la industria.
En 2023, algunos de estos problemas seguían con nosotros y se sumaron a nuevos problemas como el conflicto de Gaza y la inestabilidad política en España. Hubo algunas bajas entre empresas grandes y pequeñas, ya que la continua debilidad de los mercados puso a prueba los Balances y los Cash-Flow. Sin embargo, la Construcción como industria y el Sector de la Construcción de Acero continuaron mostrando una profunda fortaleza que justifica el optimismo para 2024.
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