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BLOGMETAL

    BLOGMETAL: Recuperar el crecimiento apoyando a las empresas

    La economía española, seis meses después del estallido de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus, vuelve a una situación de recesión, como no lo hacía desde 2008, cuando la crisis financiera internacional desencadenó una caída en todos los indicadores que no se registraba en décadas y que ahora, tristemente, se está superando con creces.

    Las cifras no deberían dejar lugar a interpretaciones y simulaciones interesadas que, adoptando la estrategia del avestruz, pretenden ignorar o suavizar una realidad que no admite disfraces.

    España se enfrenta a una situación económica de extrema gravedad, empeorando sus peores registros en todos sus indicadores y sin planes ni certidumbres que utilizar como palanca para revertir la situación. Incluso cuando haya alguna mínima confianza en que eso pueda ocurrir, restañar las profundas cicatrices que esta crisis está dejando en nuestro tejido productivo y en el conjunto de la sociedad costará años de esfuerzo y sacrificios.

    La economía española puede avergonzarse de los peores registros de Europa durante la pandemia, tanto en lo que se refiere a la caída del PIB como a la destrucción de empleo. La Agencia Estadística de la Unión Europea, Eurostar, señala en su última estimación que el PIB de España, ha caído un 18,5 por ciento en el segundo trimestre de 2020, con una variación internanual negativa del 22,1 por ciento.

    En cuanto a la destrucción de empleo, pese a los ERTE, ostentamos también otro triste liderazgo con una caída interanual del 7,6 por ciento, cuando la media de la Zona Euro retrocede un 3,1 por ciento y la del conjunto de la Unión Europea un 2,9.

    Para completar el retablo, el índice compuesto de indicadores de la OCDE que mide expectativas y avanza la evolución futura de las economías nacionales sitúa a España a la cola de los 32 países analizados, y señala que es el único de todos ellos que empeoró sus valores en agosto respecto a julio. Evidentemente, no existen precedentes de desastres similares.

    Las “particularidades” de nuestra economía como el elevado déficit y la disparada deuda pública, a los que se suma la voluntad política de incrementarlos; el peso de sectores económicos muy vulnerables ante la pandemia, como el turismo, el comercio o el transporte que contagian al conjunto de la economía; un mercado laboral con una alta temporalidad; y una Administración Pública paralizada,  juegan a favor de nuestra vulnerabilidad económica y suman incertidumbre, desconfianza e inestabilidad. 

    Se anuncia para este tercer trimestre, una recuperación mayor en España que en los países de nuestro entorno, lo que más que una buena noticia en sentido estricto es la constatación que, desde un nivel de partida mucho bajo, la recuperación será relativamente más intensa, y no puede ocultar que la capacidad de recuperación del tejido productivo y del empleo no permitirá mejorar las perspectivas de crecimiento empresarial, empleo y renta en mucho tiempo.

    La inercia de la recuperación de otros países, los 140.000 millones de préstamos reembolsables que, por otra parte, exigen reformas reales y no contrarreformas en contra de la lógica económica, y las fórmulas de estricta observancia ideológica que se han demostrado siempre inútiles a corto, medio y largo plazo, no van a resolver nada por sí mismos.

    Recuperar el crecimiento pasa por reforzar sus pilares estructurales que son la seguridad jurídica, la confianza y la estabilidad, para favorecer la productividad y la competitividad de las empresas, de modo que se pueda impulsar la actividad y la creación de empleo, únicas fórmulas que se han demostrado eficaces para asegurar que aumente la prosperidad y llegue a todos los agentes económicos. 

    José Miguel Guerrero Sedano

    Presidente CONFEMETAL

    30/09/2020

    Autor
    José Miguel Guerrero Sedano 
    Presidente de CONFEMETAL