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BLOGMETAL

    BLOGMETAL: La carestía de materias primas, una amenaza más para la Industria

    Según el Instituto Nacional de Estadística, el Índice de Producción Industrial corregido de efectos estacionales y de calendario registró en enero una caída del 2,2 por ciento respecto al mismo mes del año anterior y de 0,7 puntos en relación con la registrada en diciembre.
     
    Así, la serie original del Índice experimenta un descenso anual del 6,9 por ciento y suma trece meses de variaciones negativas en la tasa anual. Por sectores, todos salvo energía que crece un 3 por ciento, presentan tasas anuales negativas en los índices corregidos de efectos estacionales y de calendario, con los mayores descensos en Bienes de equipo, con una caída del 5,4 por ciento, y en Bienes de consumo no duradero, con descenso de 5,2 puntos porcentuales. 
     
    El sector del Metal, presente en todos los segmentos de actividad y en todos los puntos de la cadena de valor industrial, constituye en sí mismo un amplio escenario económico para el diagnóstico de los problemas que amenazan a la Industria en la actual coyuntura.
     
    En unos tiempos en los que la pandemia sigue generando los mayores riesgos y sin que, todavía, las soluciones de política económica hayan abierto el camino a la resolución de los problemas, CONFEMETAL y sus organizaciones miembro han trabajado conjuntamente en la identificación de las problemáticas cuya incidencia es más acusada en la Industria, el Comercio y los Servicios del Metal en los inicios de este 2021.
     
    Problemas tradicionales con los que se enfrenta la actividad del sector se han agravado por efecto de la pandemia, como es el caso de la incertidumbre en las inversiones de las Administraciones Públicas, Ministerios inversores, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, que retraen a su vez la inversión privada y la generación de actividad y empleo.
     
    Junto a ello, la lentitud en la tramitación administrativa, en algunos casos prácticamente paralización, la descoordinación e incluso el desconocimiento de los procedimientos por parte de las propias instituciones encargadas de su gestión y tramitación, están agravando la situación y alejando la salida de la crisis.
     
    El incremento de los impuestos actuales y la nueva aparición de nuevas figuras impositivas añaden incertidumbres a la actividad, la inversión y la creación de empleo y perjudican una situación financiera de las empresas en la que se extienden los problemas de acceso al crédito, el riesgo de impagos, la morosidad y la reducción de las coberturas por seguros de crédito.
     
    Además, la aplicación de los Fondos Europeos de Recuperación y Resiliencia ofrece demasiadas dudas en cuanto a su llegada a todo el conjunto del tejido económico formado mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas, la definición clara de los mecanismos para su utilización para que alcancen los objetivos para los que están destinados, y el cumplimiento de los plazos temporales que están obviando las urgencias que sufren muchos sectores de actividad.
     
    En este más que preocupante marco general el acceso a las materias primas y los componentes imprescindibles para la actividad industrial y la subida consecuente de sus precios, ha irrumpido como un factor más, y no menor, de desestabilización.
     
    El aprovisionamiento y evolución de los costes de las materias primas necesarias en los procesos productivos que ya se identificó a finales de 2020, está generando a principios de este año en las empresas situaciones muy complejas, que episodios como el reciente bloqueo del canal de Suez han venido a agravar.
     
    Numerosos sectores industriales registran en estos últimos meses incrementos anormalmente altos y generalizados de los precios de sus materias primas que confirman los indicadores públicos de evolución de precios industriales como el Índice de Precios Industriales del Instituto Nacional de Estadística, el Informe PMI industrial (Purchasing Manager’s Index o Indice de Gestor de Compras) y los índices de tendencia de distintas organizaciones.
     
    La carestía, tanto en el sentido de carencia o escasez como en el de incrementos anormalmente altos y generalizados de los precios, afecta a productos metálicos como chapa galvanizada, perfiles, acero laminado, acero inoxidable y tubos de acero, aluminios, cobre y bronce, aleaciones especiales, etcétera.
     
    Pero también al abastecimiento de productos químicos, el cartón de embalaje para el conjunto de los sectores, o componentes esenciales como los electrónicos o los semiconductores, que sufren plazos de entrega indefinidos e importantes incrementos de precios.
     
    Los plazos de entrega, cuando menos, se han duplicado y en muchos casos no hay garantías de fecha. El Informe PMI industrial de febrero 2021 señala retrasos en la producción debido a problemas en la obtención de materias primas.
     
    En paralelo, se registra una tendencia de acaparamiento, aprovechando los precios actuales y previendo futuras subidas para asegurar los stocks y hacer frente a la demanda en caso de continuar los problemas logísticos. Este efecto está poniendo en riesgo algunos de los suministros, contribuye seguir subiendo los precios.
     
    La alta demanda de determinadas materias primas en China, se identifica como la causa principal la carestía, junto a las medidas drásticas adoptadas en todo el mundo para combatir la propagación del coronavirus que está restringiendo la producción industrial, y g fragmentando las cadenas de suministros. 
     
    Las consecuencias en términos de no aceptación de pedidos a medio plazo, de falta de garantías sobre los precios comunicados, y de no disponibilidad de material, está obligando a compras anticipadas, incluso de más de seis meses.
     
    Una problemática añadida es la del transporte, con reducción en la frecuencia de barcos e incremento desmesurado de los fletes -especialmente desde China donde hasta se han triplicado- que generan retrasos y encarecimientos de los productos.
     
    El aumento de los volúmenes para aprovisionamiento desde Asia, la reducida capacidad de transporte, las cancelaciones de escala y la falta de operarios y equipos en los puertos asiáticos, tienen una considerable influencia en la grave situación.
     
    En los últimos tres meses los fletes de contenedores a Europa se han multiplicado casi por cuatro, se han generalizado retrasos y transbordos sin aviso previo en puertos intermedios de contenedores procedentes de Asia y se identifican problemas en determinados centros logísticos españoles para aceptar el depósito y devolución de contenedores marítimos y en relación con el transporte por carretera por la exigencia de PCR negativos a los transportistas en algunos países de la Unión Europea.
     
    Junto a todo ello, el abastecimiento de las industrias se ve perjudicado por la cuestión aduanera asociada al Brexit que está colapsando las aduanas donde las mercancías están tardando a ser gestionadas entre tres y cuatro semanas.
     
    Este conjunto de circunstancias puede desembocar para algunas empresas en situaciones de desabastecimiento de materias primas y en mayores dificultades y tensiones financieras, lo que puede provocar que deban recurrir a paradas forzosas de la producción y a medidas drásticas como los ERTEs, a pesar de contar con carteras de pedidos confirmados.
     
    La situación general en la Industria y sus perspectivas en este año, ya débiles tras un año de importantísimas caídas de actividad, falta de liquidez, limitaciones en el acceso a las materias primas y absentismo y bajas médicas ligados a la pandemia, ven así amenazadas sus posibilidades de recuperación en el medio plazo por la falta de pedidos y de subcontratación y los problemas del transporte de mercancías y los mercados en países de destino con los que se ha iniciado 2021.
     
    05/04/2021

    Autor
    José Miguel Guerrero Sedano 
    Presidente de CONFEMETAL