La Confederación Europea de Industrias del Reciclaje (EuRIC) y la Federación
Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER) han valorado positivamente el
objetivo aprobado por el Parlamento Europeo de aumentar hasta el 70% el
porcentaje de residuos que deben ser reciclados, limitar el nivel de vertidos
municipales al 5% y reducir a la mitad el desperdicio de alimentos. Sin
embargo, las patronales del reciclaje europea y española consideran que existe
un amplio margen de mejora del método de cálculo para medir las tasas de
reciclaje de residuos municipales, que es el aspecto clave para la consecución
de los ambiciosos objetivos fijados para 2030.
"Los recicladores apoyan estos ambiciosos objetivos, pero a la vez consideran
fundamental que se fijen reglas uniformes para medir las tasas reales de
reciclaje”, ha afirmado Emmanuel Katrakis, secretario general de EuRIC nada
más conocer la votación realizada en el Parlamento Europeo. “Es crucial que ese
método de cálculo evite contabilizar como residuos reciclados materias primas
vírgenes o que se pierda la trazabilidad de los residuos”, ha añadido Alicia
García-Franco, vicepresidenta de EuRIC, “porque solo deben ser contabilizados
como reciclados los residuos que se han convertido en materias primas
secundarias en las plantas de tratamiento”.
Además, en la mayoría de los casos es imposible rastrear el origen del flujo o
flujos de residuos para los que se han fijado objetivos, contrariamente al
método basado en las entradas los procesos de producción propuesto por la
Comisión Europea en el Paquete de Economía Circular (PEC). Es decir, medir
los objetivos de reciclado de residuos a la entrada de los procesos de
producción va en contra del objetivo de estadísticas precisas y uniformes en
toda la UE. “Para garantizar un cálculo justo de las tasas de reciclado hay que
medir los residuos que verdaderamente son transformados en materias
primas secundarias a la salida de las plantas de tratamiento”, ha señalado
García-Franco. “Es fundamental que los Estados miembros y el Parlamento
Europeo garanticen que las normas para medir los objetivos de reciclado no
creen más confusión, sino que estén de acuerdo en un método capaz de
proporcionar estadísticas sólidas y comparables en toda la UE”, ha valorado
Katrakis.
PROBLEMAS PARA LOS RECICLADORES EN ESPAÑA
Otra cuestión fundamental para los gestores de residuos, que debe resolverse
antes que el Consejo de la UE adopte su postura y comiencen las
negociaciones de los objetivos fijados para los Estados miembros, es la
clasificación de los residuos, debido a que la definición de residuo municipal va
a influir directamente en los modelos de gestión y en las competencias.
Aunque en la Directiva de Residuos esta clasificación sea neutral, en países
como España las definiciones están ligadas a las competencias, ha advertido
la también directora general de FER, Alicia García-Franco: “Si en la definición
no se establecen criterios, como el de cantidad, que permiten delimitar y
diferenciar el residuo municipal de otros flujos de residuos, como los
comerciales y los industriales, se estarán ampliando las competencias de los
entes locales en detrimento de los gestores privados de residuos”.
“Hay un serio riesgo de que en estas nuevas definiciones de residuo municipal
o final recycling se aparte del mercado la gestión privada de residuos, un
modelo que se ha convertido en la pieza clave para alcanzar los objetivos
fijados para 2030”, ha manifestado García-Franco. Peor aún, esta confusión
en la clasificación podría traducirse en más cargas administrativas para el
gestor privado, como, por ejemplo, la imposición de estándares europeos que
se centren más en las cargas burocráticas que en asegurar un reciclaje de alta
calidad: “Además de los estándares desarrollados por los organismos
europeos de normalización, es frecuente que existan especificaciones y
estándares en los ámbitos internacional, europeo y nacional, así como
especificaciones bilaterales acordadas entre proveedor y cliente, que también
se deben tener en cuenta”, ha concluido la responsable de la patronal
española del reciclaje.
SOBRE FER
La Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje fue creada en 1982 con el fin
de agrupar y defender los intereses de las empresas dedicadas al reciclaje de residuos
en los distintos ámbitos económicos, sociales y medioambientales. FER cuenta en la
actualidad con más de 230 socios y representa a más de 435 empresas gestoras de
residuos (metales férricos y no férricos, aparatos eléctricos y electrónicos, neumáticos
fuera de uso, vehículos fuera de uso, envases o madera, entre otros). La federación
representa el 90% del volumen del sector de la recuperación de metales férricos y no
férricos, así como el 60% de los recicladores de neumáticos fuera de uso. Dentro de
FER se encuentran, asimismo, el 80% de los tratadores de residuos de aparatos
eléctricos y electrónicos (RAEE) y el 100% de la industria fragmentadora de metales
de España. El sector del reciclaje genera en la actualidad 30.000 empleos directos y
105.000 indirectos en España
FER es miembro corporativo de AENOR y forma parte de SIGRAUTO (Asociación
Española para el Tratamiento Medioambiental de los Vehículos fuera de Uso), la
Federación Española del Reciclado y el Medio Ambiente (FERMA), o la Confederación
Española de Organizaciones Empresariales del Metal (CONFEMETAL). En el ámbito
internacional es miembro del Consejo Mundial del Reciclaje (BIR) y forma parte de su
Consejo Internacional de Medio Ambiente, es miembro de la Confederación Europea
de Industrias del Reciclaje (EuRIC) y de las asociaciones europeas de metales férricos
y no férricos, European Ferrous Recovery and Recycling Federation (EFR) y European
Metal Trade and Recycling Federation (EUROMETREC). Asimismo, mantiene contactos
con CEOE y asociaciones de recuperadores de otros materiales como papel y cartón,
madera, plásticos y vidrio, con los que ha creado el Foro de la Recuperación.